sábado, 29 de septiembre de 2007

Mente y pensamientos: la voluntad

El cerebro, ese casi kilo y medio de materia gris que algunas personas emplean cotidianamente, se divide principalmente en dos hemisferios independientes, pero interconectados por el cuero calloso (materia blanca). Junto a él está el diencéfalo con órganos muy importantes como son la amígdala, glándula pituitaria, la hipófisis; es también el llamado "cerebro reptiliano" una parte importante encargada de las emociones. Es el más arcaico y donde tenemos nuestros instintos más primitivos.

Nuestro cerebro está interconectado, pero hoy en día, a la altura evolutiva que nos encontramos nos es innecesaria la faceta referida a los miedos irracionales, lógicamente tuvo su función de supervivencia, pero hoy por hoy es totalmente innecesario pues bloquea nuestra capacidad de razonar, limita nuestros pensamientos y no nos permite ser totalmente libres. Hoy en día es nuestra limitación más próxima, y la tenemos en nuestra propia casa. He generalizado con "miedos" pero hay sentimientos que no les hemos puesto nombre, y que por su parecido destructivo con los miedos los he englobado.

Nuestra mente se escucha a sí misma, de la misma forma que podemos escuchar nuestros pensamientos. Ante los pensamientos generan sentimientos. Si los pensamientos son alegres y optimistas (positivos) generan bienestar y si son negativos generan sentimientos negativos (rabia, inseguridad, miedo, ira, malestar...). El cerebro reptiliano, asocia ideas, y asocia sentimientos negativos a circunstancias y cosas. Se va 'cultivando' a base de escuchar los pensamientos. De ahí provienen las inseguridades y los temores a las cosas. Todo esto está contrariado con el crecimiento personal, la felicidad y el éxito.

Poseemos inteligencia suficiente para superar esos miedos irracionales, esos que se han creado instintivamente. Podemos superar los miedos, pero no sólo eso, cuando nosotros nos engañamos posponiendo (mañana sí haré deporte, luego limpiaré...) o simplemente poniendo excusas poco justificables que acabamos creyendo por conveniencia (es que necesito dormir por lo menos 10 horas diarias, soy incapaz de madrugar, voy a seguir durmiendo un poco más, no voy a poder hacer esto...). En estos casos es la mente reactiva, la insconsciente, la que nos está dominando, y claramente mermando las capacidades de cada uno.

Una persona disciplinada no se deja llevar por este tipo de pensamientos, pero ¿puede ser feliz una persona muy disciplinada? Tendemos a creer que no porque aparentemente aquéllo que nos manda la mente reactiva aparenta ser placentero (seguir durmiendo, no hacer deporte, no estudiar...) La pregunta clave es ¿realmente somos felices dejándonos llevar por la mente más primitiva?

Yo soy cada vez más feliz, empiezo a conseguir mis propósitos porque empiezo a controlar lo que yo llamo "la voluntad" y no dejo que la pervierta ninguna idea primitiva, pero tampoco pervierto a mi propia mente con pensamientos y sentimientos que puedan contaminarla más. El secreto: La mente reactiva es frágil durante la relajación y nosotros mismos podemos cambiar o eliminar esos roles negativos. Personalmente he desarrollado una técnica que funciona muy bien. Lo peor es que para ser realmente libres éste debe ser un ejercicio cotidiano. Cambiar las cosas que no nos gustan de nosotros (sobretodo actitudes) es fácil y se puede hacer 5-10 minutos antes de dormir.

Vivimos para ser felices, pero la felicidad no es un destino sino todo un camino.

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